Según István Balassa, la cosecha 2019 podría incluso haber superado la excepcional añada aszú de 2017. Todas las condiciones fueron perfectas: hermosas uvas aszú del viñedo Betsek y una larga temporada de crecimiento. Su aroma es especiado y afrutado, con toques de tostado, frutos secos, cítricos y frutas de hueso. Predominan las características del viñedo Betsek: albaricoque, mandarina y notas de frutos secos. El sorbo es cremoso, denso, pleno y fluido, incluso comparado con el aszú.

La bodega, fundada por el enólogo István Balassa en 2005, cuenta con 10 hectáreas (34 parcelas en 11 viñedos) en Tokaj, Tarcal y Mád. Su filosofía es aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece cada cosecha para lograr la máxima calidad mediante métodos de vinificación artesanales, integrando así las características del suelo y el viñedo en el vino.

Tokaji es la región vinícola más importante de Hungría, con una tradición vitivinícola que se remonta al Imperio Romano. El suelo volcánico de esta zona es ideal para la viticultura de calidad. Desde los siglos XVI y XVII , los vinos de Tokaji (especialmente los dulces) gozaron de renombre internacional y fueron consumidos por numerosos gobernantes europeos, como papas y reyes, incluyendo la corte de Luis XIV. Las dos Guerras Mundiales y el comunismo perjudicaron la viticultura en Hungría en aquella época. Desde la caída del Muro, la viticultura de calidad ha vuelto a resurgir, aunque nunca desapareció del todo.

Vol. Alcohol 9%

Botella 0,375 Litros